14 noviembre 2009

La vaca púrpura de Apple: el diseño

La marca Apple debe gran parte de su éxito al diseño de sus productos. Podemos afirmar que el diseño es el core competence (la habilidad clave o know how) que diferencia a Apple de la competencia.

Por ejemplo, en el mercado existen muchos reproductores de mp3, pero el intangible del diseño del iPod de Apple, que incluye no sólo las características físicas del aparato sino la manera de interactuar los menús con el usuario, su facilidad de uso, etc., hace que sea mucho mas valorado por el usuario y le permite venderlo a un precio superior.

Si comparamos dos reproductores de mp3 con idénticas características físicas, el iPod tiene un diferencial de más del 100% del precio con su competidor. ¿Por qué? Porque el diseño añade un valor diferencial al producto.

Este diseño diferente y único ha conseguido, por añadidura, hacer entrar a Apple por la puerta grande de un mercado que se creía absolutamente dominado por compañías como Nokia, Motorola y Samsung: el mercado de los teléfonos móviles. El iPhone es el resultado haber extendido el valor diferencial de Apple hasta alcanzar un nuevo mercado.

Da la impresión de que Steve Jobs, CEO de Apple, comprende perfectamente el concepto de la vaca púrpura ideado por el gurú del marketing Seth Godin, que viene a decir que lo importante no es ser bueno, ni siquiera ser el mejor; lo importante es ser extraordinario, diferente, único.

En efecto, cualquiera puede ser bueno, muy bueno; pero para ser único hace falta valor e ingenio. No se trata, pues, de competir por ser el mejor, sino competir por hacer una propuesta de valor diferente.

Así que, como nos dice Seth Godin, tenemos dos opciones: ser invisible, anónimo, incriticable y vivir seguro, o por el contrario arriesgarnos, tratar de ser grande y único, ser cómo una vaca púrpura, es decir, algo increíble, que llama la atención, obliga a pararse, mirar e incluso maravillarse.

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